domingo, 27 de julio de 2008

Pequeñas verdades

Pequeñas verdades en torno al instinto de perfección, un concepto no estético sino referido a una aspiración que nos conduce a la máxima complejidad del absoluto, o lo que en nuestra cultura se conoce como "pasar al seno de Dios Padre". Esta aspiración, presente en el seno de la vida y latente en todas las criaturas, actúa como un resorte que nos conduce a niveles superiores de conciencia, al mismo tiempo que se manifiesta como una fuerza que actúa sobre el código genético de las células, modificando su conducta.
Tras reconocer la situación que hemos generado sobre el planeta -agotamiento de recursos, destrucción de la naturaleza, hambre, pobreza-, insisto en la necesidad de recordar que somos hijos de Dios. Desde esta óptica, la vida cobra un nuevo sentido porque todo tendría el propósito final de permitirnos dar ese salto de acercamiento consciente a Dios. Es una aspiración profunda que se manifesta, aunque no la reconozcamos.
La actual situación planetaria responde a una siembra anterior. Vivimos un momento especial en la Historia de la Humanidad, una etapa que ha sido generada por nosotros y que nos cuesta reconocer por falta de conciencia. Los momentos de crisis individuales y colectivos son situaciones generados por el propio instinto de perfección para llevarnos a niveles superiores de conciencia, a pesar de que el proceso resulte doloroso. Esta etapa de la Historia tiene un único precedente en la época remota en que el hombre adquirió las facultades mentales y la conciencia de sí mismo y de los demás.
Los hombres estamos llamados a llevar a cabo la segunda gran revolución de la historia del mundo, un cambio que lleva implícito dos niveles de manifestación. En el aspecto externo habrá de concretarse en un nuevo orden mundial sustentado en un nuevo paradigma. Para la construcción de este paradigma, remarcable es la inestimable e imprescindible colaboración de la Ciencia. El proceso individual partirá del conocimiento y la aceptación de que no estamos separados, sino que somos elementos de un mismo orden unidos por vínculos indisolubles. Por tanto, es necesario construir una ética diferente que habrá de apoyarse en el bien común y que se manifestará en el bienestar de todos. Esta revolución interna, condición indispensable para la construcción de un nuevo paradigma, gestará un ser humano distinto que pensará y sentirá de otra manera. Para ello, se hace necesario la necesidad de una metanoia (más allá de la mente) porque no es suficiente cambiar de manera de pensar si este proceso no va acompañado de un cambio físico. La esencia tiene un soporte, un cuerpo, y no es posible ninguna aventura del espíritu o expansión de la conciencia si paralelamente no se produce una mutación en el plano material. Animo a los lectores de esta entrada (o post) a acercarse a sus células y hablarles con el corazón de ese anhelo profundo de perfección como medio para acelerar la evolución y vivirla con plena consciencia. Sumar nuestras fuerzas a la del Universo. Como niños, gritando sin descanso hasta ser oídos, como niños, con la absoluta seguridad de que habrán de respondernos.

viernes, 11 de julio de 2008

Lo han dicho (2)

Un Estado es gobernado mejor por un hombre excelente que por una excelente ley.
ARISTÓTELES

El hombre se considera siempre orgulloso cuando escribe su nombre en cualquier sitio, aunque sólo sea en la corteza de un árbol, y siempre se asombra cuando no lo vuelve a encontrar.
A. DUMAS

El pensamiento sereno, junto con un trabajo cuidado, llega frecuentemente más lejos que la pasión y el entusiasmo.
GUSTAV KÜMELIN

martes, 8 de julio de 2008

Teoría holográfica del cerebro

El cerebro funciona como un holograma. Al extirpar una parte del cerebro no se pierde la memoria, pues no está localizada en ninguna zona específica, sino repartida por toda la masa cerebral.
Un holograma es una imagen tridimensional hecha con la ayuda de un láser. El holograma tiene como propiedad el hecho de contener toda su realidad en cada una de sus partes. El modelo holográfico del cerebro explica que cada porción del cerebro contenga la totalidad de las memorias cerebrales.
En la teoría del "orden implicado", las partículas subatómicas no son entidades individuales, sino extensiones de algo holístico, básico, que llaman el orden implicado. Esta teoría responde, al igual que la del cerebro anterior, al modelo holográfico. De la fusión de ambas surge una teoría más amplia, según la cual el cerebro es un holograma que interpreta un universo holográfico.
Existe, según esta teoría holográfica global, un orden en el universo. No hay en realidad ondas o partículas, sino un orden implicado que genera ondas y partículas. El orden implicado lo contiene todo y no radica en ninguna parte, sino en las interconexiones, en la interrelación. Por eso, pienso que la memoria está codificada, no en las neuronas, sino en los impulsos nerviosos que atraviesan todo el cerebro.
Hablar de holograma es, una vez más, recurrir a la metáfora. Como tal nos ayuda a seguir caminando, es un paso para imaginar el funcionamiento del cerebro.
Cuanto más compleja es la estructura, mayor es su capacidad de libertad.

sábado, 5 de julio de 2008

Las personas no pueden vivir solas

Convivir es vivir con. La existencia humana no se entiende si no es en compañía. Cuando nos encontramos en casa, cuando salimos a la calle, viajamos, compramos, disfrutamos de la playa o la montaña, etc., en todo momento estamos en compañía de alguien.
Para que las relaciones de proximidad sean pacíficas y todos puedan desarrollar sus actividades sin atropellos se han establecido unas normas llamadas de convivencia que rigen de una manera u otra las relaciones entre las personas. Unas son arbitrarias, establecidas de común acuerdo entre las personas, pero otras son naturales, que las exige la propia naturaleza humana, como el respeto a la vida, el amor a los padres, el deseo de sobrevivir.
Incluso cuando estamos físicamente solos nos gusta oír música, o leer, o pensar en otras personas, que son formas de estar con alguien. Robinson Crusoe no estaba solo; vivía de lo que había aprendido de los otros hombres. Los restos del barco naufragado eran para Robinson su enlace con el resto de la sociedad.
El ser humano necesita de los otros compañeros de especie para vivir. Esa dependencia es también su fortuna.

martes, 1 de julio de 2008

La discusión con los académicos

Se cuenta que una vez le preguntaron a Bahaudin Naqshband:
"¿Por qué no discutes con los eruditos? Tal y tal sabio lo hacen con frecuencia. Ello causa la total confusión de los eruditos y la invariable admiración de sus propios discípulos."
Él respondió: "Ve a preguntarles a quienes se acuerden de la época en que yo también discutía con los académicos. Solía refutar sus conjeturas y sus pruebas imaginarias con relativa facilidad. Te lo pueden decir los que presenciaron aquellas discusiones. Pero, un día, un hombre más sabio que yo me dijo:
"Avergüenzas tan a menudo y de forma tan previsible a los hombres estudiosos, que acabas cayendo en la monotonía. Y eso sucede porque lo haces sin objetivo alguno, ya que los académicos no tienen capacidad de comprensión y siguen disputando mucho tiempo después de que sus opiniones han sido echadas por tierra." Y añadió: "Tus alumnos están en continuo estado de admiración por tus victorias. Han aprendido a admirarte, y en vez de eso, deberían haber percibido la inutilidad y falta de consistencia de tus adversarios. Por tanto, esa victoria tuya no es completa; así que has fallado, pongamos, en una cuarta parte.
Además, tus discípulos gastan mucho tiempo en esa admiración, en vez de fijarse en algo más provechoso. Por lo que has fracasado quizá en otra cuarta parte. Dos cuartos son igual a una mitad. Te queda media oportunidad."
"Eso ocurrió hace veinte años. He ahí la razón por la que ni me preocupo de los eruditos, ni molesto a los demás a cuenta de éstos, sea para alcanzar la victoria o para ser derrotado.
De vez en cuando, uno puede asestar un golpe a los que se autodenominan eruditos, para demostrar su vaciedad a los estudiantes: es como si se golpeara una olla vacía. Hacer algo más es una pérdida de tiempo, y sería equivalente a darles a los intelectuales, prestándoles una atención gratuita, una importancia que sin duda no podrían alcanzar por su cuenta."